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Notas de prensa

"Un Salón llamado Marí­a Freire", Diario La República (Uruguay, 2006).

 

Luego de un par de años de ausencia, vuelve el Salón Nacional de Artes Visuales en su edición número 52ª. Vuelve con el mismo nombre académico de salón, vetusta y desactualizada denominación (opciones posibles, Encuentro o Anual Nacional 06) esta vez dedicada a María Freire, figura clave del arte geométrico. Aunque, en rigor histórico el nombre de Carmelo Arden Quin, con 93 años, en permanente actividad y cofundador de Arte Madí, movimiento que cumple 60 años de existencia, sería más ajustado, reconociendo una asignatura pendiente del Estado con el mayor artista vivo, estimado internacionalmente e ignorado en Uruguay. Y hasta hubiera sido oportuno proponer un tema, vinculado a los problemas de la polis, para concientizar a los concursantes de lo que sucede a su alrededor y cómo vivir juntos en democracia.

Esta vez la inauguración será durante el mes de enero en Punta del Este en ocasión de celebrar su centenario la ciudad y en marzo se trasladará a Montevideo para hospedarse en el Museo Nacional de Artes Visuales. Los premios son más económicos (10, 7, 4 y 2 mil dólares, para el primero, segundo, tercero e incentivo a la producción, aunque era preferible fijar la recompensa en moneda nacional para evitar la enojosa situación de uno anterior por fluctuaciones del mercado cambiario) y lejos de los 60 mil dólares de hace cinco años.

El primer premio llevará el nombre de Eduardo Víctor Haedo, impulsor del primer Salón, durante el gobierno de Gabriel Terra.

Los lugares de exhibición en el balneario esteño todavía no están asignados, los plazos son breves (estudiar el reglamento, ejecutar los trabajos, configurar la carpeta) para poner en condiciones óptimas de presentación e iluminación las obras. Para los aspirantes, apenas un mes de plazo: el 21 y 22 de noviembre se recibirán las carpetas en el MEC, San José 1116, entre las 13.00 y 18.00 horas. Curiosamente, se procura la participación regional, no por el envío del certamen a países del Mercosur sino por la invitación, discutible, a dos jurados extranjeros con asignaciones superiores a los jurados locales, sin duda. No se previeron visitas guiadas ni aspectos educativos para sectores marginados de la cultura artística. En una Comisión de Honor figuran dos galeristas que, aunque no tengan ingerencia ninguna en cualquiera de las diferentes instancias del certamen, opacan delicadamente, con su incorporación, la transparente independencia del salón. De cualquier manera, es un paso adelante, bienvenido por cierto, en las siempre desprotegidas artes visuales.
 

© 2016 by Ezequiel Boggio. Homenaje a Maria Freire

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